¿Suerte o privilegio? Me salvó mi cocina a gas

Sibarita Tropical #11 El apagón terminó en conectar con lo importante

¡Que sabroso que estés aquí!

Esta es la serie de Sibarita Tropical para los que han dado el paso de lanzarse a esta fiesta tropical.

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Hay un ruido mortal, entre las noticias, las personas opinando, las imágenes y videos compartidos en las RRSS sobre el apagón, esto pica y se extiende.

El apagón me encontró justo haciendo lo que no iba a poder hacer en varias horas: ver una pantalla, o al menos interactuar con ella.

Estaba en mi laptop y de repente el icono del whatsapp web en rojo,
extraño
los correos no se actualizaban,
curioso
la página de chatGpt no se refrescaba,
error

Aún no entendía qué estaba pasando y fui corriendo a ver el router y ahí fue que me di cuenta: se fue la luz.

Me asomé en mi ventana y vi una zapatería que está justo al frente y estaba a oscuras, no soy solo yo, respiré, me asomé en otra ventana, una vecina, que jamás había visto.

La verdad es que no conozco a ninguno de mis vecinos, a veces siento que vivo sola en este edificio, hasta que escucho a mi vecino gritar por un partido de fútbol.

Bueno, retomo lo que vine a contarte: el apagón.

La vecina preguntó curiosa a unos obreros que estaban trabajando en el primer piso, confirmaron que también estaban sin luz.

Como no es la primera vez que sucede, pensé: esto a lo mucho será una media hora como la última vez.

Pasó una hora y decidí bajar a la calle para “entender” qué estaba pasando y para mi sorpresa la escena a continuación fue lo más inesperada posible:

Terraza llena, se inició la hora del aperitivo,
Curioso

Habían muchas personas pegadas literalmente a sus teléfonos tratando de conseguir señal, unos contaban con suerte y estaban haciendo llamadas, yo seguía incomunicada, raro.

Me senté en un banco y decidí retratar la escena y no hacer nada, tampoco es que pudiera hacer mucho.

El sol y el Bar a todo lo que daban

Me acompañaban una señora y su madre, que con una voz muy graciosa pero un tono firme me dijo: “esto es cosas de los rusos”, me reí por su ocurrencia, pero me dejó reflexionando.

Volví a ver la pantalla de mi móvil nada, cero señal.

Decidí seguir caminando,

Segunda escena personas comprando agua y papel higiénico en el supermercado, seguí de largo, mi objetivo era buscar señal, pensaba en mi hermana que había viajado esa mañana, sabía que había llegado bien, pero quería saber de ella.

Los precavidos

Empecé a recibir mensajes de texto: un par de amigas, se acumularon mensajes de whatsapp: mi familia, pero al intentar responder: “mensaje no enviado” logré responder a un par pero luego: “mensaje no enviado”

Seguí caminando y decidí regresar a mi casa, ya me empezaba a dar hambre y confieso que me sentí muy privilegiada con mi cocina a gas, podía cocinar sin problema.

El problema era otro, la comida de la nevera, decidí unirme al colectivo y me serví una copa de vino, mientras preparaba mi ensalada.

Almorcé y seguía esperando señal para comunicarme.

Saqué mi cuaderno y me eché a escribir largo y tendido, varias páginas sin levantar la mirada, parte de esas páginas están aquí resumidas.

Me asomé en la ventana, gente conversando y haciendo las mismas preguntas entre todos: ¿sabes algo? ¿Tienes señal? ¿En Portugal también se fue la luz? ¡Esto es cosa de los rusos!

Me entretuve conversando con el zapatero y así sin más se me pasó parte de la tarde.

Seguí caminando y me encontré con una de mis amigas de toda la vida y su familia, nos tomamos una cerveza, en uno de los bares menos populares, pero que ese día estaba siendo la sensación: terraza y cerveza fría.

Terminé de manera inesperada cenando un banquete entre conocidos y desconocidos, lo que me hizo recordar que aún en las circunstancias más adversas siempre se puede ver algo positivo.

Espero que si estás leyendo esto y viviste el apagón haya sido leve y estés bien.

Pensando en todas esas personas que con la modernidad tienen cocina de vitrocerámica o eléctrica, te dejo un par de ideas y productos indispensables para activar en caso de emergencia.