Feliz lunes con
AROMA A PARCHITA.
Un refugio que más que recetas, es una experiencia para despertar el gusto y el olfato.
Este lunes viene cargado de:
1 Historia: Lecciones de vida entre harinas y horno.
1 Recomendación de la abuela: El aprovechamiento es la clave.
1 Receta esta vez es viene con un RETO ¿Te apuntas? (la ÑAPA, que si no sabes que es, es el extra, el valor agregado que te voy a regalar)
1 Historia:
Si hay algo que tenemos los que nos gusta cocinar, bien sea de manera profesional o autodidacta como yo, es que muchas veces
ni a la primera,
ni a la segunda
y quizás ni a la tercera una receta queda bien.
Hace falta práctica y muchas horas frente a el calor de las estufas para dar con el punto exacto de una receta, para dar con la textura correcta de una salsa o para combinar las especias para un buen guiso.
Si algo me ha regalado mi amor por la cocina es la resiliencia, la paciencia y la disciplina para seguir intentando una receta una y otra vez, mientras me gozo el proceso.
Y justo recientemente me pasó con una receta de un bizcocho de banana (que OJO no es un banana bread) que compartió Giulia Scarpaleggia (tiene recetas increíbles que te recomiendo curiosear, eso sí, son para nivel avanzado) que fallé a la primera.
La primera vez que probé hacer la receta del bizcocho y esto suele pasar especialmente con la repostería y panadería, los ingredientes deben ser precisos, exactos, si se necesita sustituir alguno no puede ser con cualquiera (un poco como en la vida real ¿no? cuando “perdemos” algo valioso es importante no sustituir con cualquier cosa y ser muy cuidadoso en nuestras elecciones)
El punto es, que me desvió y esto se hace infinito, la primera vez no tenía el azúcar que se necesita (tenía azúcar morena y es con azúcar blanca) si, lo siento esta no es una receta muy saludable, pero si que vale la pena, sobretodo para semanas difíciles como las que estoy ahora (pero esa historia la dejo para otro día).
Las bananas no estaban en su punto (suficientemente maduras)
y no seguí las instrucciones obligatorias del orden para mezclar los ingredientes.
Resultado: un bizcocho más duro que la suela de un zapato.
Así que decidí seguir intentándolo, ya al menos tenía claro por qué había fallado.
Esperé que las bananas estuvieses en su punto (paciencia) incorporé los ingredientes uno a uno en el orden recomendado (disciplina) y le puse todo mi amor para consentirme con un bizcocho esponjoso y lleno de sabor(resiliencia).
y…el resultado: esta maravilla de bizcocho esponjoso, con un aroma profundo a mantequilla y banana que es imposible resistirse.
Así que hoy para LA ÑAPA, te quiero dejar un RETO, siempre comparto recetas fáciles y sin complicaciones para la semana, pero vale la pena salir de la rutina, probar algo diferente y consentirnos.
¿Te unes al reto?
1 Recomendación de la abuela: el aprovechamiento es la clave siempre.
Cuando te sobre pan y se ponga duro no lo desperdicies, pásalo por un procesador (licuadora) y utilízalo para hacer unas milanesas de pollo o ternera o pásalo por una sartén con un toque de AOEV o mantequilla y espolvoréalo sobre una ensalada fresca, le va a dar un toque crujiente delicioso.
También…. por recomendación de mi papá que es mi lector Nº 1 😄 (Gracias papi) pronto les compartiré la receta de la torta de pan, que además es una de mis recetas favoritas que he hecho con mi abuela.
La ÑAPA: Para que te prepares este viernes por la noche con una copa de vino, para que le cocines algo especial a tu pareja o para que invites a tus amigas a una noche de vino y tertulia.
¡Vamos hacer CARBONARA!
con un twist en lugar de pasta con tallarines UDON.
Ingredientes:
1 paquete de Tallarines UDON (los puedes conseguir en tu mercadillo chino de confianza)
30 gr de Guanciale.
50 gr de parmesano rallado finamente, un poco más para coronar al final.
4 yemas de huevo (guarda las claras para una tortilla o unos huevos revueltos)
Pimienta
y…MUY importante, el ingrediente CLAVE: el agua de los dioses (una taza del agua de la cocción de la pasta)
Preparación:
1. Coloca una olla a fuego alto con agua y sal para cocinar los tallarines.
2. Corta el guanciale en cubitos pequeños y llévalos a una sartén antiadherente a fuego medio y déjalos dorar, muévelos de vez en cuando, procurando dejarlos para que hagan su magia.
3. Cuando el guanciale ya esté dorado, cuélalo (NO desperdicies el aceite también lo vamos a utilizar) y déjalo aparte.
4. En un bowl (debe ser grande porque aquí finalizaremos el plato) mezcla: las yemas de huevo con el queso parmesano, y la pimienta, mezcla muy bien hasta que se integre todo. Agrega el guanciale y poco a poco el aceite que quedó, un chorrito más o menos.
5. Coloca los tallarines a cocinar y en unos minutos saca un poco del agua de los dioses para seguir preparando la salsa.
6. Agrega el agua de los dioses (no debe estar muy caliente porque sino se te cocinarán las yemas) a la salsa, pero poco a poco, un chorrito, mezcla, un chorrito, mezcla, no debe quedar muy líquida sino como una crema.
7. Cuela los los tallarines y llévalos al bowl donde está la salsa, mezcla con un movimiento continuo sin parar y si ves que está muy “seca” agrega un poco más de agua de los dioses y sigue mezclando.
8. Sirve en un plato y corona con más queso y pimienta.
Si te unes al RETO, compárteme una foto de tu carbonara 😍
¡Gracias por ser parte de esta fiesta tropical! Si conoces a alguien que le falte sabor y color a su vida, compártele la receta.
Con sabor y color
Andrea 💜
Si quiero unirme!!! Sobretodo porque el plan de este fin de semana es quedarnos en casa, asi que esta receta me cayó como anillo al dedo. Luego te cuento que tal 😌