Dolce far niente-El arte invisible de no hacer nada

Sibarita Tropical #26 La historia de hacer nada con gusto y una receta que sabe a verano lento.

¡Que sabroso que estés aquí!

Esta es la serie de Sibarita Tropical para los que han dado el paso de lanzarse a esta fiesta tropical.

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Il dolce far niente-El arte invisible de no hacer nada.

Cuentan que, en algún rincón soleado de Italia, entre viñedos y siestas prolongadas, nació una expresión que no habla de productividad ni de eficiencia, sino de algo mucho más sutil y profundo: il dolce far niente.

La dulce práctica de no hacer nada.

Fue popularizada por poetas y artistas del Renacimiento italiano, pero se dice que el primero en capturar su espíritu fue el escritor y filósofo Torquato Tasso, en el siglo XVI. Para él, el “dolce far niente” no era pereza, sino una forma de presencia, de habitar el tiempo sin el peso de tener que lograr algo. Una especie de meditación con sabor a vino tinto y cielo abierto.

Con los años, la frase se volvió símbolo de un estilo de vida que honra la pausa, el goce y el deseo por encima del deber. Lo ves en películas como Eat Pray Love, cuando Julia Roberts saborea una pasta en Roma sin culpa, yo viví esto y te lo recomiendo. Lo ves hoy, en mí, saliendo de la oficina a mi hora, sin culpa, sin prisa, sin planificar, sin hacer nada, bueno casi nada, a excepción de escribirte esto, porque me nace, no porque tenga, por el puro placer de no sentir obligación, sino deseo de compartir la sensación que tengo.

Dolce far niente: no hacer nada, pero sentirlo todo.

Estamos tan mal acostumbrados a la productividad, que estar un día sin “tener” que “hacer” algo, parece que no estamos aprovechando el tiempo y es todo lo contrario.

hablemoshumano

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Por eso hoy decidí dedicar la tarde para mi, aquí estoy escuchando un nuevo descubrimiento que compartió Cristina Garay en su newsletter, que si no la conoces, te la recomiendo a ojos cerrados, historias que envuelven, te llenan, te enternecen, para sentir y disfrutar.

Disfrutando de una tostada con rillette de oca ( si no sabes que es, es otro descubrimiento no tan reciente que es de esas cosas que dices, por qué no lo conocí antes. En mi vida hay un antes y un después de conocer la rillette) y unos trozos de melón fresquito.

No te voy a negar que me cuesta mucho, no hacer nada, menos con la tentación del acceso al correo de una pestaña a otra o de ver instagram, pero he decidido sentir y disfrutar hoy de il dolce far niente.

Cuéntame si te has regalado momentos como esto o aún te cuesta como a mi, poder estar sin hacer nada…

Y para que puedas tener tu momento de meditación con sabor a fruta de temporada, te dejo la tercera receta veraniega, que te va a encantar, que marida fenomenal con un vino blanco, así que aprovecho para dejarte una recomendación que conseguí hace poco en el supermercado y tiene las 3B.